Cuando una persona se exhibe en algún lugar público
con un tatuaje, es común que se sienta criticado, rechazado o perciba que la
gente guarda cierta distancia con él.
Recuerda usted si en alguna ocasión fue atendido por
un camarero, una cajera o un doctor que tenga tatuajes? La respuesta más común
sería: no.
A consecuencia de estas situaciones nos preguntamos, ¿Qué es realmente un tatuaje? y ¿qué pasa con este tema en nuestro país?
Un tatuaje es una modificación del color de la piel en
el que se crea un dibujo, una figura o un texto y se realiza con agujas
estériles que inyectan tinta o algún otro
pigmento bajo la epidermis de una persona.
3,000 años de historia:
Aunque muchos podrían pensar que se trata de una moda
propia de estos tiempos, el arte de tatuar se remonta a la época egipcia hace
unos 3,000 años. Se han hallado momias de hasta 2,500 años de antigüedad con
tatuajes.
Cada vez
más hay jóvenes que optan por llevar un tatuaje temporal o permanente.
A medida que pasó el tiempo, los marineros eran
quienes más se tatuaban, porque pensaban que era una manera fácil de reconocer
su cuerpo si morían ahogados.
Lamentablemente, la mayoría de ellos tenían problemas
con la justicia y regularmente abordaban barcos para huir de ella, a partir de
esto se fue relacionando el tatuaje como un arte de rebeldía y delincuencia.
El tatuaje a República Dominicana:
La mayoría de los jóvenes que practican esta actividad
en nuestro país comienzan entre los 15 y 17 años muchos de ellos procedentes de
barrios populares y familias de escasos recursos.
Las principales razones que influyen a la mayoría de
estos muchachos es la necesidad de producir dinero, otros son incentivados por
sus amigos solo porque dibujan bien y unos tantos lo empezaron a
practicar porque tenían un conocido que los hacía.
En nuestro país, al tatuador no se le considera como
un artista, y lo que realiza no es catalogado como un trabajo decente.
La mayoría de los tatuadores tienen un 40% de su cuerpo tatuado y debido a eso, con frecuencia, son discriminados y tratados como delincuentes, a pesar de que muchos de ellos tienen una larga trayectoria en ese ejercicio.
“Sospechosos”
Cuenta uno de estos jóvenes que se dedican a tatuar y
que a su vez tiene varios en su cuerpo, que cierta vez transitaba por un sector
de la capital y unos agentes de la Policía lo detuvieron, y sin ni siquiera
pedirle sus documentos de identidad, lo mandaron a subirse en un vehículo y se
lo llevaron a un destacamento. Simplemente ¨por tener tatuajes” tenía que ser
apresado para ser posteriormente depurado¨. Fue lo único que le explicaron
antes de dejarlo nuevamente en libertad.
Pero donde más se siente la discriminación en los
lugares de trabajo, es por ello que algunas personas que llevan tatuajes tratan
de mantenerlos ocultos, por temor a ser despedidos o mal juzgados.
Es muy raro que en nuestro país se contrate a alguien
que tenga tatuajes muy visibles, no importa si se trata de un oficinista o un
simple conserje…ni hablar de un cajero en un banco, una secretaria o encargada
de atención al cliente.
El joven “Ricardo”, de 21 años, lo vivió en carne
propia.
“Estaba comiendo en la cafetería del lugar donde había
conseguido un trabajito hacía unas cuantas semanas. En algún momento comencé a
hablar sobre tatuajes con una compañera, yo le dije que tenía varios y le
mostré uno que tenía en la pierna. Al parecer el supervisor me vio”, al lunes
siguiente me despidieron sin darme explicaciones”, dice mientras se toca la
pierna izquierda donde tiene grabado el nombre de su madre, el ser que más ama
en este planeta.
“A ellos sí les luce”:
Contrario a lo que ocurre en las fábricas y las
oficinas, cada vez es más común ver figuras del deporte, estrellas del cine o
la televisión con tatuajes.
A diferencia de los tatuadores y las personas comunes
que están tatuadas, a estas figuras públicas los únicos que se les trata con
mucha cortesía y hasta con cierto respeto y no falta quien afirme “tú ves, a
ese sí le luce¨.
…Y sin embargo gana terreno:
Pese a la discriminación de este tipo de arte sobre la
gente normal y los tatuadores, sigue cada día ganando más terreno, cuando
realmente lo único que este tipo de personas comparte entre sí, es el amor por
el arte.
La mayoría de estas personas se realizan los tatuajes,
por devoción religiosa, por amor a un pariente, en memoria de algún fallecido,
por haber sobrepasado alguna batalla emocional o física y algunas también son
frases de motivación personal, si estas son las principales razones por la cual
alguien se tatúa nos preguntamos ¿ dónde está la delincuencia que reflejan?
Fuente: eldia.com
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