
El mosquito Aedes Aegypti mide solamente de dos a
tres milímetros de largo, pero su impacto es devastador. De las miles de
especies de mosquitos, esta es la principal responsable de una de las
enfermedades más mortales y de más rápido crecimiento en el mundo.
En los últimos 50 años, la incidencia de la fiebre del dengue se ha
multiplicado 30 veces, según la OMS, y se ha
extendido de nueve países en 1970 a más de 100 en la actualidad. No hay vacuna
o cura para el doloroso virus conocido como la fiebre rompehuesos, y de los
50-100 millones de personas infectadas cada año, mueren más de 20.000.
El Aedes Aegypti se ha difundido con esta epidemia, y se ha convertido
en el objetivo de los esfuerzos por controlar la enfermedad. Pero mientras las
soluciones como la aplicación masiva de químicos tóxicos han resultado ser
costosas, infructuosas y perjudiciales para el medio ambiente, los científicos
esperan usar al insecto como el agente de su propia destrucción.
La empresa británica de biotecnología, Oxitec, está abordando el problema al ser la primera en
aplicar la modificación genética (MG) del Aedes Aegypti. Los científicos crían
un gran número de los insectos en laboratorios e inyectan un gen letal en los
espermatozoides de los machos. Cuando el mosquito es liberado en su hábitat
natural y se aparea con una hembra (siempre de la misma especie) el transgén
mortal se transmite y las crías mueren.
Oxitec informa que ha habido éxito en los ensayos de su programa de
Liberación de Insectos con Letalidad Dominante (RIDL, por sus siglas en inglés)
en Malasia, las Islas Caimán y Brasil, afirmando que hay una tasa de supresión
del 96% en el último caso. Esto ha sido suficiente para que el gobierno de
Brasil anuncie este año la primera liberación comercial de los mosquitos
transgénicos en la naturaleza. Los insectos modificados están a la espera de la
aprobación en Estados Unidos.
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madre
El CSO de Oxitec, el Dr. Luke Alphey, afirma que las técnicas que la
compañía ha estado refinando desde 2009 ofrecen un alto grado de control.
"En el área objetivo pudimos suprimir la población, incluso a
niveles de cero", dice. "Funciona. Los machos manipulados pueden
cortejar y aparearse con las hembras salvajes y podemos suprimir las
poblaciones objetivo como lo demostramos en las Islas Caimán y en Brasil. A un
nivel muy alto, se dio la suficiente supresión como para prevenir el dengue
epidémico".
Alphey cree que el concepto podría aplicarse a escala. "Espero que
se convierta en un elemento importante para el control de las principales
plagas de insectos. Si pudiéramos reducir, incluso en algunos países, la carga
de enfermedades como el dengue .... eso sería fantástico. Estamos justo en la
fase inicial del control genético".
Este enfoque está siendo ampliamente adoptado. Los investigadores de la
Universidad de California, Irvine, han sido los primeros en aplicar un método
que impide que las crías de los mosquitos puedan volar, por lo
que son inofensivas. En la Escuela Imperial de Londres, un equipo ha suprimido
la malaria en ensayos, al modificar a los mosquitos para que solo nazcan machos, los cuales no pican y no
pueden transmitir la enfermedad.
El Dr. Nikolai Windbichler, coautor de este último estudio, utiliza una
analogía con una ratonera para ilustrar la garantía que ofrece la transferencia
genética.
"Incluso si uno de cada 10.000 mosquitos no funcionara ... eso no
impediría que la tecnología suprimiera a las poblaciones. Si pones 20 ratoneras
y una no funciona, las 19 restantes todavía podrían cumplir con el
objetivo".
El proceso de modificar mosquitos tiene muchos partidarios en la
comunidad médica.
"Los científicos han hecho mucho progreso y hay varios proyectos
interesantes", dice el Dr. James Logan del London School of Hygiene and
Tropical Medicine. "Si podemos identificar a una sola especie que
transmite una enfermedad como el Aedes Aegypti y la fiebre del dengue, la
modificación genética puede tener un impacto. Es menos factible para la
malaria, que se transmite a través de muchas especies".
Aunque todavía quedan preguntas por responder, Logan quiere ver la
expansión. "Necesitamos más pruebas de campo para mostrar el impacto en la
transmisión de la enfermedad ... Creo que tenemos que seguir adelante, porque
lo que pasa con los mosquitos con el dengue y la malaria en la naturaleza es
que siempre están un paso adelante, desarrollando resistencia, y necesitamos
nuevas formas de intervención novedosa".
Pero los críticos creen que la modificación genética de los mosquitos
está sucediendo demasiado rápido sin el entendimiento suficiente del impacto.
Genewatch UK está exigiendo una consulta pública en Brasil antes de que los insectos
sean liberados en la naturaleza.
"Oxitec ha omitido o dejado de publicar información importante, que
es necesaria para tomar una decisión", dice la Dra. Helen Wallace,
directora de Genewatch UK. "Las cifras de reducción de sus ensayos no se
pueden verificar y no han demostrado tener un impacto positivo en la
enfermedad. Un problema es que si se reduce el número de una especie de
mosquitos, otra puede aumentar".
"Muchos expertos creen que la supresión de una población silvestre
que es tan móvil no funcionará y puede causar un daño real; nadie lo sabe con
seguridad, pero sin duda es irresponsable no tener en cuenta el riesgo".
A pesar de estas preocupaciones, la tendencia hacia la modificación de
los insectos para el control de una enfermedad se está acelerando a medida que
otras soluciones fracasan y los reguladores son favorables. Los gusanos, las
moscas y polillas también están en la mira y serán utilizadas como
"armas" en contra de su especie. Ahora que se inicia esta nueva
batalla, hay mucho en riesgo.
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